Hace unos meses, John Griffiths compartió con nosotros un llamativo proyecto que se estaba fraguando en Trujillo (Cáceres)… La idea era tan sencilla que se nos antojaba una locura: los alumnos de tecnología del instituto Francisco Orellana estaban embarcados en la construcción de nueve vihuelas. Sin conocimientos previos de lutería, sin haber conocido anteriormente el instrumento y sin apenas disponer de materiales y herramientas adecuados para una obra de tal magnitud… En cuanto conocimos el alcance de la aventura no lo dudamos ni por un momento:  Cuerdas Pulsadas tenía que apoyar esa iniciativa pionera y en seguida ofrecimos toda la ayuda que estuviera en nuestra mano para llevarlo a buen término. Sólo ahora, después de haber conocido a Francisco Caballero (su líder y promotor), es cuando entedemos que la locura puede cristalizar, que de la necesidad se puede hacer virtud y que cuando un docente con vocación se propone  hacer algo, las circunstancias terminan por acompañarle…   Así las cosas, el pasado 11 de Abril fuimos a conocer a Francisco, a sus alumnos-violeros y las nueve vihuelas. No sólo para entregarles de primera mano la donación de cuerdas y trastes que hacían falta que los instrumentos sonaran sino, también, a compartir con ellos una charla didáctica sobre la cuerda pulsada (con algunas fantasías tañidas en directo¡).   todos   La jornada fue muy intensa y hubo tiempo para hablar de vihuelas, guitarras renacentistas, vihuelistas, cuerdas y tablaturas, entre otros temas interesantes. Pero lo más importante es que logramos encordar y entrastar una de las vihuelas del proyecto, por lo que los alumnos pudieron escuchar, por primera vez, cómo sonaba lo que habían trabajado con sus propias manos.   Cuando por fin pudimos escuchar la primera vihuela, el resultado fue espectacular. La vihuela tenía un reglaje muy afinado, después de algunos ligeros cambios en la altura de la ceja y en el reparto de los órdenes, y su construcción monoxila le otorga un sonido muy dulce y recogido. Las vihuelas tienen un tiro ligeramente más pequeño de lo que estamos habituados a ver en el entorno profesional (57 cm), por lo que también resultan muy accesibles y cómodas de manejar y tocar.   Aquí hemos recogido algunos de los mejores momentos de nuestra visita (podéis verlo en pantalla completa para mayor comodidad).  
      Pero lo más adecuado es que el propio Francisco se encargue de contarnos el proyecto:  
Fran, ¿cómo y cuándo comenzó tu trayectoria docente?, ¿cómo llega un profesor de “Diseño y tecnología” a la construcción de instrumentos?
Bueno yo empecé mi experiencia en el mundo de la educación en 1996, cuando todavía era territorio MEC. Mi primer destino fue a un pueblecito de Zaragoza llamado Bujaraloz. Ya se sabe que las primeras experiencias marcan… y a mi Bujaraloz me marcó. En ese pueblo además de dar clases aprendí muchas cosas. Entre las cosas que aprendí, viendo las experiencias de mis propios alumnos, fue que ellos mismos se habían construido sus propias gaitas aragonesas. Y allí que me puse yo a construir mi primer instrumento musical…. y al final sonó y todo. Desde siempre me ha encantado la música, todo tipo de música, siempre que sea buena… desde el Heavy hasta el folk puro de la abuelita cantando… pero de calidad. El comenzar con la construcción de instrumentos es una especie de lucha contra la frustración de no poder tocar considerablemente bien ningún instrumento… que lo he intentado. Empecé con la flauta travesera y el solfeo y luego también recibí clases del mejor maestro de gaita y tamboril de Extremadura, Santiago Béjar. Pero creo que hay compañeros que lo hacen mejor que yo… así que preferí dedicarme a la construcción que es lo que de verdad se me da bien… y siempre para después aplicarlo en el aula.  
Hemos podido leer en tu blog que ya has pasado por varios proyectos similares, es decir, que has llegado a la construcción de vihuelas después de superar con éxito otras iniciativas similares con tus alumnos de otras promociones, ¿cómo planteas estos proyectos a tus alumnos?, ¿qué objetivos persigues?
  Cada año suelo cambiar de proyecto, así un año que di clases en Valencia de Alcántara construimos con los alumnos un acordeón rayano (diatónico), y presentamos el proyecto al congreso de Jóvenes Investigadores del CSIC. Los chavales ganaron un premio que consistió en una estancia de una semana en el Centro de Investigadores Milá y Fontanals de Barcelona. Después nos dedicamos a la construcción de flautas traveseras, de rabeles, y otros instrumentos populares. Recientemente hemos realizado una reproducción a partir de las ilustraciones de las Cántigas de Alfonso X el sabio, y estos dos últimos años nos hemos dedicado a la construcción de cornetas renacentistas. En todos los proyectos solemos partir de realizar una investigación previa sobre los instrumentos y las herramientas que podemos necesitar. Trabajamos el metal, la madera y los plásticos para realizar nuestras propias herramientas haciendo que el alumno se pueda sentir autosuficiente… no creo que ninguno de ellos pudiera ir a la ferretería y pedir una herramienta específica que le solucionase su problema… “es mejor enseñarles a pescar a darles el pescado”.  Normalmente los proyectos los tenemos que desarrollar con una carencia casi absoluta de recursos y herramientas lo que hace que el que nos fabriquemos las herramientas sea una necesidad. Comprar cualquier herramienta sería carísimo. Con mi trabajo con los alumnos pretendo desarrollar los contenidos de la asignatura que imparto, Tecnología, pero de una forma en la que ellos se lo pasen bien y se motiven y a su vez que haga que yo también sea participe de su disfrute. Y al final se consigue.  
Entonces, tu metodología de trabajo siempre incluye un proceso de investigación en el que los alumnos también están involucrados. ¿Cómo has planteado ese proceso en el caso de las vihuelas?
Primero hicimos una búsqueda de la iconografía sobre vihuelas por internet. El centro no tiene muchos recursos para comprar bibliografía y las bibliotecas del entorno tampoco tienen la información que necesitábamos, por lo que se podría decir que este proyecto nace realmente en un foro donde el atrevido del profesor se le ocurre contactar con un tal “John Griffiths”… sin saber quien era. Le propusimos que fuera nuestro guía e increíblemente no sólo aceptó sino que ha sido la piedra angular para poder desarrollar correctamente todo nuestro trabajo. No sólo nos ha facilitado toda la información y resuelto todas las cuestiones que le hemos planteado, sino que además nos ha abierto las puertas para conocer a gente maravillosa como a David Morales (Cuerda Pulsadas), a Aníbal Soriano, presidente de la Sociedad de la Vihuela, y Manuel Jr. Rodríguez de Guitarras Rodríguez. Sobre la metodología de investigación, primero empezamos a estudiar las Ordenanzas del gremio de violeros. Así comprobamos que para poder pasar el examen de maestro el violero tenía que ser capaz de diseñar sus propios instrumentos… así que, dicho y hecho, estudiaríamos las formas y diseñaríamos nuestro propios instrumentos  y al final del curso, si todo sale bien, les daré el titulo de maestros violeros. Como parte del aprendizaje, los violeros aprendices tenían que ser capaces de dibujar sus instrumentos con un compás y una regla. De esa manera, tuvimos que familiarizarnos, de la mano también de John, con el mundo de las proporciones aplicadas al diseño de instrumentos: el “genus superparticulare“, la octava (2:1), la quinta (3:2) y la cuarta (4:3).   Sobre las vihuelas, de toda la iconografia existente John nos recomendó que trabajáramos sobre la forma de la vihuela que aparece en la obra de Bartolomeo di Giovanni (1465 – 1494), “Noces de Thétis et Pelée“.   Aplicamos los conocimientos informáticos que teníamos al desarrollo de nuestra solución, por medio de una aplicación de Autocad hicimos la restitución a partir de la iconografía y nos quedó algo así: Geometría vihuela Luego seguimos trabajando la geometría y llegamos a la siguiente solución: Captura de pantalla 2013-11-09 a las 16.12.58 de la que John nos comentó: “me parece muy buena solución. El diseño a la derecha es muy parecido a imágenes como la portada de “Vocabulari molt profitos per apendre Lo Catalan Alamany y Lo Alamany Catalan” de Joan Rosembach, 1502″   Vocabolari_mol_profitos_p Así que seguimos con ese diseño, nos dio información sobre el tiro, sobre la acción que debería tener, sobre cómo trabajar las tapas para que tuviera buena sonoridad y un sinfín de detalles más. Un dato relevante es que todas las vihuelas se van a construir como monoxilas, es decir, con el cuerpo de la vihuela de una sóla pieza de madera.    
Fran, cuéntanos más sobre los alumnos y el alcance del proyecto. ¿cuánto tiempo habéis invertido?, ¿qué edades tienen nuestros violeros-aprendices de Trujillo?
El proyecto se ha desarrollado con los alumnos de 4º de la ESO y con los de 1º de Bachillerato del IES Francisco de Orellana de Trujillo. Debido a la carencia de recursos hemos decidido hacer un instrumento por cada dos alumnos, más el instrumento que voy haciendo yo por delante para asegurarme que las cosas salen bien y para explicarles el procedimiento que tienen que seguir. Por lo que, en total, van a ser 10 vihuelas. Las edades van desde los 15 a los 17 años y solemos utilizar tres horas por semana a lo largo de todo el curso… aún nos queda la tercera evaluación para terminar todos los instrumentos.
Y, ¿cuáles han sido las dificultades que habéis tenido que sortear en este tiempo?
Las mayores dificultades han sido la de conseguir los materiales… desde la madera de tilo para el cuerpo (nos la ha vendido el padre de uno de nuestros alumnos que es carpintero), como la de pino abeto para las tapas y el ébano para el diapasón. Así empezamos con unos bloques de madera de tilo. Fue el propio John el que nos recomendó utilizar este tipo de madera… y resultó ser muy barata. Que alivio. Otra dificultad importante es que, al disponer de pocos recursos tanto a nivel del instituto como a nivel personal del alumnado, hemos optado por ahorrar todo lo posible tanto en los materiales como en las herramientas y por eso nos hemos embarcado en la tarea de fabricar muchas de nuestras propias herramientas.
Y, ¿cuál es la recompensa más gratificante?
La recompensa es diaria, al ver como se implican los alumnos… ellos disfrutan y yo disfruto trabajando que ya es mucho decir.  
Para superar los obstáculos del proyecto, ¿puedes indicarnos con qué apoyos fundamentales has contado?
  Los principales apoyos han sido los ofrecidos por John Griffiths, alma mater del proyecto y también de David Morales (Cuerdas Pulsadas) que nos ha ofrecido gratuitamente las cuerdas y el material para el entrastado, además de visitarnos personalmente y dedicarnos todo un día para enseñarnos a entrastar y encordar la vihuela. También nos ha apoyado Aníbal Soriano, que próximamente nos visitará para darnos un concierto didáctico y adentrarnos un poquito más en el mundo de los instrumentos de cuerda pulsada. Además, nuestro proyecto se publicará en la revista especializada de la Sociedad de la Vihuela, Hispanica Lyra.  
¿Crees que este proyecto ha cambiado la percepción de los alumnos sobre los instrumentos de cuerda pulsada o la música del renacimiento?
Para los alumnos ha sido un descubrimiento ya que este tipo de instrumentos y de música no suele llegar a su entorno. Trujillo es un pueblo con un gran nombre pero con poca programación cultural relacionada con los instrumentos del renacimiento. Por tanto, yo creo que sí que hemos vencido un mito y que los alumnos se han motivado mucho investigando sobre un instrumento del renacimiento… (y no ha hecho falta que fuera sobre guitarras eléctricas). Ellos mismos han descubierto que son capaces de conseguir muchas cosas que en un principio creían que no iban a ser capaces de hacer… pero que con un poco de ayuda tienen mucho potencial.  
Con tanto aprendiz de violero, seguro que puedes contarnos alguna anécdota interesante¡
Claro¡, por ejemplo, cuando ya llevábamos bastante adelantada la investigación y habíamos comenzado con la construcción, algún alumno me dijo que cuando la terminara la iba a vender (se había dedicado a investigar por internet el precio de las vihuelas). Yo le dije que la primera no la vendería pero que si seguía trabajando e investigando seguro que al final llegaría a venderlas. Hay que abrirles posibilidades a su futuro… para eso servimos los profesores, además de enseñarles lo que pone en los libros.     No podemos despedir esta entrada tan especial sin agradecer la exquisita hospitalidad de Francisco Caballero durante nuestra visita y también la atención y tiempo que nos dedicaron los alumnos. Enhorabuena por vuestro gran esfuerzo para sacar adelante el proyecto. Ojalá pronto podáis enviarme las fotos de todas las vihuelas terminadas y, por qué no, de alguno de vosotros tañendo alguna fantasía¡          

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